EXPLOTACIÓN Y DOMINACIÓN EN LA LUCHA POR EL PODER
Dos escenarios que
van de la mano en todo proceso de lucha por el poder, una explotación y dominación étnica, social y
religiosa que bajo su propia lógica buscará siempre la superposición de unos
sobre otros.
Dos escenarios que
van de la mano en todo proceso de lucha por el poder, una explotación y dominación étnica, social y
religiosa que bajo su propia lógica buscará siempre la superposición de unos
sobre otros.
Históricamente según Foucault estos tres tipos de luchas sociales
siempre han estado presentes,
contraponiéndose a las formas de dominación y explotación de cada época. Ya que
si antes esta se daba por cuestiones económicas, geopolíticas o políticas; hoy
en día vivimos una lucha y una
dominación de nuestras subjetividades.
Hemos llegado a pensar
que este tipo de dominaciones y
explotaciones ya no se podrían dar en nuestros medios, en nuestras vidas. Claro,
los métodos ya no son los mismos, tampoco las intenciones de dominación y
explotación se muestran como hace unas décadas atrás. El poder mismo ha
cambiado de sentido.
Hoy podemos apreciar que
las nuevas estructuras de poder tienen otros rostros mas “ espirituales”
“ educativos” “ de entretenimiento” pero
bajo la misma lógica de una “ colonialidad del Poder” ( A. Quijano) bajo la misma intensión de una “cultura de la
dominación” ( Salazar Bondy). Casi imperceptible casi “increíble”. Con la promesa de que debemos salvar nuestras
almas para una vida mejor, nos imponen diezmos y sumisiones muy inteligentes. Con brindarnos
entretenimiento las 24 horas del día por
los medios de comunicación e imponernos un estilo de vida “muy ideal” muy de televisión, nos tapan los ojos a un
mejor tipo información y al aprender
diario. Nos pretenden envolver en la
superficialidad que representa la “moda” y la fama.
Se rompe esa corresponsabilidad entre lo individual y la
totalidad como interdependientes, haciendo de nosotros seres sumisos y
desconfiados. Eh ahí donde radica la
dominación y explotación en la que nos
sumergen los grandes capitales, la empresa que genera el consumo y el
facilismo; la obediencia y el
miedo; el conformismo y la
sumisión.